Historia del Transporte-Metro de Caracas

1690.-El incansable borriquito, robusto, humilde, paciente y recio trabajador puede ser considerado el precursor de los medios de transporte caraqueños, destinado a ocupar durante siglos este privilegiado puesto de primacía.

1765.- Ya Santiago de León de Caracas tiene 26.000 habitantes. Entre muchas miserias se mueve con elegante arrogancia el carruaje decorado con borlas, emplumado y forrado en terciopelo, llevando a S. E. el Gobernador y Capitán General.

1850.- El elegante caballo, noble corcel, es otro medio de transporte «de sangre» que detenta y detentará la primacía durante siglos.

1880.- Durante la administración del presidente Guzmán Blanco, «El Ilustre Americano», las holgadas familias estrenan carruajes al tiempo que la ciudad empieza a transformarse en una aparente capital europea con grandes bulevares, aunque de tierra, fastuosas iglesias y barrocos monumentos públicos.

1900.- A principios de siglo el tranvía de caballitos, este medio de transporte tan «naif», se mueve perezosamente por las calles céntricas llevando a media docena de pacientes parroquianos.

1900-1918.- Prepotente y ruidoso aparece el automóvil sembrando pánico e intranquilidad en la somnolienta atmósfera de Caracas. Poco a poco va aumentando el número de vehículos orgullosamente manejados por sus propietarios, en medio de la admiración de los transeúntes.

1925.- Ya hace años el modesto tranvía de caballitos ha sido sustituido por el flamante y colorado tranvía eléctrico que lleva con rapidez un sinnúmero de personas, compitiendo con los coches públicos.

1935.- Desde su invento la bicicleta ha sido un cómodo y excelente medio de transporte: económica, veloz y práctica; siempre fue la delicia de los jóvenes «pavos», que comienzan a dirigirse hacia las afueras de la ciudad en busca de un sitio para hacer pic-nic lejos del bullicio que empieza a dominar la escena capitalina.

Caracas alcanza la categoría de gran metrópoli y. como tal, surgen los problemas comunes a toda gran ciudad: la contaminación atmosférica, la complejidad de tránsito, la insuficiencia de transporte colectivo.

Queremos que nuestra capital se embellezca más todos los días y que las dificultades que muchas veces encontramos para desplazarnos de un lugar a otro de la inmensa extensión que ahora ocupa Caracas, vayan progresivamente disminuyendo para hacer así a la ciudad cada vez más amable y para transformar en menos agresivo el carácter de los habitantes.

Una gran capital se merece una gran solución. El METRO será la solución para la ciudad y sus millones de habitantes que podrán alcanzar fácilmente sus sitios de cita o de trabajo, sus casas y escuelas, en un ambiente limpio y ordenado aprovechando un medio de transporte que nadie detiene ni atrasa. Bajo tierra corre la esperan­za al problema del tránsito. ¡Bienvenido, Metro!

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