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Primer centenario del Panteón Nacional

Primer centenario del Panteón Nacional


Uno de los más nobles y sagrados monumentos de la Patria es, sin duda, el Panteón Nacional. Recinto que guarda las venerables cenizas del Libertador, de nuestros héroes y hombres más ilustres. Recinto que llama al recogimiento y a la más elevada meditación. Recinto obligado de peregrinación para todos los venezolanos.



En el lugar en el cual está edificado, casi a la falda de nuestra grandiosa montaña del Avila, existió el templo de la Santisima Trinidad. El veinte y siete de marzo de 1874, el General Guzmán Blanco, dictó un Decreto ordenando la creación del Panteón Nacional. La Construcción estuvo a cargo de los ingenieros Juan Hurtado Manrique, Julián Hurión, Roberto Garcia y Tomás Soriano. Su inauguración efectuóse el veinte y ocho de octubre de 1875, con motivo de celebrarse el onomástico del Libertador. En febrero del año siguiente se ordenó el traslado de los restos de los Próceres de la Independencia que señalaba un Decreto especial, y en enero de 1877 se dictó el Reglamento del Panteón.

En 1930, al cumplirse el centenario de la muerte del Libertador, el Gobierno del general Juan Vicente Gómez, hizo cambiar la fachada, elevándola y aumentándola con una torre central. Tan grandiosa conmemoración, tuvo lugar con grandes homenajes al Padre de la Patria y entre ellos, y ya en franco desarrollo la aviación, el notable aviador colombiano Méndez dejó caer sobre el Panteón una hermosa corona. Colombia honraba así a su Libertador. Las misiones extranjeras, civiles y militares, fueron tan numerosas, como países libres tenía entonces el mundo.

Tres naves contiene el Panteón Nacional. En la del centro se encuentra la urna cineraria y el monumento de Tenerani al Libertador, y en las laterales, los cenotafios del Generalisimo Miranda y del Mariscal Sucre. Prolijo seria enumerar los nombres de los Próceres de la Independencia, héroes de la Federación y de otros ilustres ciudadanos de la Patria, cuyas cenizas reposan en tan venerable lugar. La huella del notable y recientemente desaparecido pintor Tito Salas, ha quedado impresa con movimiento y colorido, en la representación de momentos brillantes de nuestra historia.

Cabe señalar que en nuestro país se emitieron en fechas diversas y a partir de 1938, algunas estampillas y series con la fachada del Panteón Nacional y con la urna cineraria del Libertador y el monumento de Tenerani.

FICHA

Resolución: Decreto No 807 del 20 de marzo de 1975
Día de circulación: 23 de Julio de 2005
Valor estampillas: Bs. 500, 1000 y 2000
Cantidad: 1.500.000 de Bs. 0,30; 1.500.000 de Bs. 1,05
Tamaño estampilla: 38,5 x 29,6 mm
Presentación: Hoja de 100 estampillas
Tipo de papel: Papel especial, fluorescente, engomado tropicalizado
Perforación: Filatélica 14
Sistema de impresión: Grabado en acero
Diseño: Daniela v. d. Horst
Firma impresora: Bundesdruckerei Berlín
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